Lugares de interés

Explora la fascinante arquitectura de Portmán a través de nuestros lugares de interés, testigos del rico patrimonio histórico y cultural de esta pintoresca localidad. Desde antiguas construcciones mineras hasta elegantes edificaciones de finales del siglo XIX. Cada edificio cuenta una historia única que te transportará en el tiempo. Sumérgete en la atmósfera de épocas pasadas mientras recorres las calles de Portmán y descubres la belleza y el encanto de sus lugares más emblemáticos. No te pierdas la oportunidad de conocer estos tesoros arquitectónicos que hacen de Portmán un destino verdaderamente especial.

Museo Arqueológico (Antiguo Hospital de Caridad)

Año: 1882 – Arquitecto: Carlos Mancha

Este edificio, fundado en sus orígenes para atender a los heridos de la actividad minera de la zona, está declarado Bien de Interés Cultural. Actualmente acoge las dependencias del Museo Arqueológico, donde se exponen los magníficos mosaicos del yacimiento de la villa del Paturro de Portmán, entre los que destacan los que tienen como motivo el pavo real y el rostro femenino probablemente asociado a la diosa Juno, en un estado excelente de conservación.

El edificio, de planta rectangular, dispone de una capilla central, coronada por una torre octogonal con cúpula semiesférica y una pequeña linterna. Las dependencias interiores se distribuyen alrededor de esta capilla, instalada en el hospital para facilitar a los enfermos la asistencia al culto y el rezo. La fachada exterior es sencilla, toda de mampostería pero dejando al descubierto hileras de ladrillos en las esquinas y la cornisa. Sobre la doble puerta de madera de acceso al edificio, se puede apreciar un bonito tímpano donde figura la denominación de Hospital de Caridad y su año de fundación.

En su construcción intervinieron dos importantes personajes en la zona, impulsado y financiado en parte por don Miguel Zapata Sáez, y su yerno el doctor y alcalde de La Unión, José Maestre. Un hospital para atender a los mineros enfermos o accidentados, también conocido como “Hospitalillo de Sangre”.

Faro de Portmán

Durante la Edad Media, son pocas las evidencias que atestigüen el uso, la explotación y la ocupación en la zona por bizantinos, visigodos, islámicos y cristianos, con algunas reseñas históricas que tímidamente mencionan la actividad minera, la pesca y el uso comercial de la bahía de Portmán. Es destacable la gran actividad de piratas berberiscos y las tropelías que realizaban en tierra. Un intrépido personaje que ha pasado a la historia es el corsario Morato Arráez, y su famoso desembarco en Portmán en el año 1587. De esta etapa data la construcción defensiva denominada Torre de San Gil, que primitivamente se edificó en uno de los promontorios en el extremo este de la bahía de Portmán con una torre vigía, desde la que se podía defender, controlar los accesos y alertar a otras torres próximas, y sobre la cual se edificó el actual faro (siglo XIX).

El faro de Portmán está declarado BIC (Bien de Interés Cultural) y documentado en el Catálogo de faros con valor patrimonial de España como parte de su patrimonio industrial, realizado por el Instituto de Patrimonio Cultural de España, y que se puede consultar pulsando aquí.

Instalaciones existentes en la desmantelada Batería de La Chapa

Batería de La Chapa

Esta batería costera está declarada BIC (Bien de Interés Cultural).

Ubicada junto al faro de Portman, en las proximidades de la ubicación original de la torre costera primitiva, esta estructura domina la bahía y el frente izquierdo en conjunto con la batería de Cenizas, situada a una altitud de 45.45 metros. Su construcción se inició el 19 de enero de 1928 y concluyó el 31 de octubre del mismo año. Equipada con cuatro cañones Vickers de 15.24 centímetros, modelo 1923, dispuestos en barbeta, estos cañones tenían un alcance de aproximadamente 23 kilómetros, con un amplio sector de fuego de 140 grados, abarcando desde cabo Negrete hasta cabo del Agua en la costa marítima. Sin embargo, en términos terrestres, esta batería tenía una eficacia limitada.

En cuanto a sus instalaciones, cuenta con cuatro edificios de estilo jónico destinados al servicio de las respectivas piezas, junto con diversos almacenes, talleres y alojamientos para las tropas, todos ellos construidos con losa de hormigón armado de 1 metro de espesor. El complejo también incluye la dirección de tiro y un espacio designado para la instalación del alza directora. La batería fue desactivada en 1994 como parte del Plan Norte, y sus cañones fueron desmantelados en el propio emplazamiento.

Su propiedad continúa adscrita al Ministerio de Defensa y presenta un estado de conservación deteriorado, puesto que ya no se encuentra en uso.

Fachada De la Iglesia Santiago Apóstol

Iglesia de Santiago Apóstol

Año: 1888 – Arquitecto: Francisco Alcaraz

Iglesia de planta rectangular, con tres naves. La nave central abovedada se separa de las laterales por arcos de medio punto. Se accede a través de un atrio cerrado por una cancela metálica.

En la fachada se dispone la puerta de acceso con arco de medio punto, y a un lado, la torre del campanario de planta cuadrada, con reloj y aberturas en los cuatro frentes. A la derecha de la puerta, una imagen de la Virgen del Carmen en azulejo.

Anexo a la Iglesia se encuentran los salones parroquiales y sobre ellos la vivienda del presbítero.

Su principal impulsora fue Juana Hernández, la esposa del “Tío Lobo”.

En una de las capillas laterales se encuentra el mural “Llegada del Apóstol Santiago a Portmán”, obra del artista unionense Paco Conesa, realizada en 1971.

Casa del Tío Lobo

Magnífica residencia modernista, declarada Bien de Interés Cultural, también conocida como Casa Zapata o Casa Grande, perteneciente al más poderoso empresario minero Miguel Zapata, apodado El Tío Lobo.

El rico minero le encarga a Victor Beltrí la construcción de su casa en Portmán. Con cierto aire colonial, el templete-mirador que domina la esquina, es quizá lo más llamativo de esta casa señorial. Está rematado con una llamativa cúpula de cinc en forma de bulbo, y desde aquí la familia divisaba una fantástica panorámica hacia la Bahía de Portmán y el Mediterráneo. También son destacables los numerosos balcones de la planta superior, apoyados sobre ménsulas y decorados con bonitas molduras de piedra labrada con motivos clásicos.

En la planta inferior se ubicaban las oficinas donde el señor Zapata daría vida a sus ajetreados negocios, mientras que la planta superior estaba dedicada a la vivienda.

Ante la edificación se abre un amplio jardín que conserva parte de la valla original y una antigua fuente.

Antiguo puerto de Pescadores

Antiguo muelle de pescadores del Puerto de Portmán. En él todavía se conservan los puntos de amarre. El antiguo muelle estuvo en funcionamiento hasta que los vertidos del Lavadero Roberto en la Bahía fueron reduciendo el calado y los barcos dejaron de poder acceder al puerto. La Administración obligó
entonces a la empresa Peñarroya a construir un nuevo puerto para los pescadores de Portmán en Cabo de Palos. En la actualidad, el agua que rodeaba el muelle ha sido sustituida por la vegetación.

Junto al Club Náutico, y la Lonja de Pescadores también existe el muro de contención que se apoya directamente sobre la roca para salvar el desnivel existente entre las calles El Puerto y Marina Española. Accediendo a la parte superior por las escaleras, se encuentra el Mirador del Puerto de Pescadores, desde donde se pueden contemplar excelentes vistas de la Bahía.

Teatro Conchita

Edificio austero en cuanto a decoración, de importantes dimensiones, con fachada a tres calles y cubierta inclinada a dos aguas. Un armador de barcos lo hizo construir a finales del siglo XIX poniéndole el nombre de su hija Conchita. No fue el primero de Portmán, pero sí uno de los más monumentales de la comarca, con unas magníficas plateas y unos enormes y llamativos palcos que hicieron que los portmaneros, orgullosos de él, le llamaran “El Coliseo”. Más tarde fue adquirido por Miguel Zapata, por lo que también fue conocido como el Teatro del “Tío Lobo”. Contaba con un sexteto que amenizaba las funciones y a partir de 1906, también las sesiones de cine mudo. Esta orquesta con frecuencia era contratada para dar conciertos en las verbenas de las localidades cercanas. En 1915 se produce un gran incendio quedando sólo las paredes. José Maestre vuelve a edificarlo llevándose a cabo la reapertura en 1921. La decoración corrió a cargo del maestro Diego Gutiérrez. A partir de 1940 se convierte exclusivamente en sala de proyecciones cinematográficas. En 1989 fue convertido en restaurante hasta que cerró en la década de los noventa.

Túnel de José Maestre y vía férrea

Se trata de una infraestructura destinada al transporte del mineral desde las cortas situadas en la  parte norte y central de la Sierra Minera, principalmente desde la corta Emilia y la corta San

Valentín, hasta la bahía de Portmán, donde se encontraba la planta de concentración del mineral denominada Lavadero Roberto. El túnel estuvo operativo entre los años 1957 y 1983 y fue construido por la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya-España.

La boca de acceso al túnel presenta una fachada arquitectónica realizada en piedra arenisca de  reminiscencias clasicistas con pilastras y decoraciones en la parte superior de grandes bolas pétreas.

Junto al hangar-taller cocherón para las locomotoras se localizaban diversas instalaciones técnicas como vías de servicio para estacionamiento y maniobra de los vagones, bombas para el  suministro de gasoil a las máquinas, placa giratoria para invertir el sentido de las locomotoras o vagones. Se siguen conservando 39 vagonetas y 2 locomotoras.

Esta instalación quedó en desuso en 1983 con la entrada en funcionamiento de la Molienda Semiautógena.

El ferrocarril minero tenía un recorrido de 3.250 metros, de los cuales 2.600 metros eran en subterráneo por el túnel José Maestre; por tanto, el tramo de vía férrea que discurría en el exterior era de unos 550 metros

Lavadero Roberto

Sin duda, una de las antiguas instalaciones más espectaculares de la Sierra la componen la Molienda y el Lavadero Roberto, de gran envergadura. Se trata del lavadero de mineral más grande que existió en la Sierra Minera, y uno de los más grandes de toda Europa. Se instaló frente a la Bahía de Portmán en el año 1957, y estuvo en funcionamiento hasta 1990, causando con sus vertidos el mayor desastre ecológico del Mediterráneo.

Este lavadero fue construido en la última fase de explotación minera de Peñarroya España S.A. y destinado al proceso de flotación de galena y blenda, pasando de procesar unas 1000 toneladas/día al inicio hasta casi las 10.000 al final. El mineral procedente de las canteras de San Valentín y Emilia era transportado a través del Túnel José Maestre que atravesaba la sierra hasta llegar a las instalaciones del lavadero.

 

En la edificación elevada y adosada al monte denominada “molienda” o “planta de trituración secundaria”, se realizaba la trituración del mineral, para pasar después por unas cintas hasta llegar a las naves del lavadero, situadas en la parte baja. En estas naves el mineral triturado pasaba a unas celdas donde se trataba con productos químicos, produciéndose el proceso de flotación del mineral.

Calzada Romana

La calzada se inicia en la propia bahía de Portmán, y transcurre paralela a la rambla que desemboca en la bahía, dirigiéndose hacia el Este, hasta que se cruza la carretera de Portmán a los Belones. Se conserva empedrada en un tramo de unos 2.700 metros.

En cuanto a su estructura, no corresponde a la calzada clásica romana, sino a las de segundo orden, y está compuesta por una capa de agger (tierra y piedras de diversos tamaños) y fossae (dos cunetas que tenían la doble función de extraer la tierra y facilitar el drenaje de las posibles lluvias). 

Este tipo de calzadas solían ir a centros comerciales y estaban construidas para facilitar el transporte industrial y/o agrícola. En época romana, esta zona llegó a gran auge económico, por la extracción minera de plomo y plata en La Unión, constituyendo la calzada el principal punto de enlace con el Mar Menor. También debió tener un uso para la distribución de esparto y productos alimenticios procedentes de las villas agrícolas de los alrededores, siendo el puerto de Portmán el punto de embarque para todos ellos.

La importancia de la existencia de esta calzada en la zona, viene avalada por los yacimientos que podemos encontrar en sus inmediaciones: 

El yacimiento más evidente relacionado con la calzada es la Villa del Paturro. La calzada va descendiendo por una vaguada hasta pasar por delante de la Villa del Paturro, principal instalación en la zona de producción del esparto que se realizaba en las grandes balsas situadas en la villa.

Villa Romana del Paturro

Se trata de un yacimiento arqueológico muy significativo, declarado Bien de Interés Cultural, que revela la importancia estratégica y económica de la Región de Murcia durante la época romana.

Esta villa está ubicada a pocos kilómetros de lo que fue la ciudad de Carthago Nova (actual Cartagena) y al pie de la Sierra Minera. Su proximidad a la ciudad y a los recursos minerales de la sierra la convierte en un enclave estratégico. Inicialmente, se utilizó posiblemente como lugar de explotación, quizás para la producción de esparto necesario para las actividades mineras.

Los restos arqueológicos indican que la villa estuvo ocupada desde el siglo I d.C. hasta la primera mitad del siglo III d.C. En algún momento durante este período, la villa pasó de ser un lugar de explotación a una residencia.

Los materiales más ricos, como pinturas murales y mármoles de diversas partes del Imperio Romano, datan de la fase altoimperial. Estos materiales sugieren la existencia de un propietario con un alto poder adquisitivo y bien relacionado con la élite política y económica de la ciudad.

Destacan los magníficos mosaicos de teselas que se pueden contemplar en el Museo Arqueológico de Portmán.

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